Sobre-entrenamiento
Over-training

 

SOBRE-ENTRENAMIENTO
Fisiopatología, prevención y tratamiento médico
Dr.  R. Segura
Departamento de Ciencias Fisiológicas II, Facultad de Medicina,
Universidad de Barcelona
XIV Jornadas Médicas de la Asociación Española de Baloncesto, 2003


Se puede definir el sobre-entrenamiento como aquella situación que se produce cuando no se consigue la suficiente o adecuada recuperación del deportista y que se caracteriza por la aparición de signas y síntomas de agotamiento o cansancio los cuales pueden afectar tanto al área física como a la psíquica. Esta situación es consecuencia del efecto acumulativo de un exceso de estímulos o tensiones entre los que podemos citar:
- entrenamiento demasiado duro, mal adaptado
- aumento demasiado rápido en la cantidad y calidad del entrenamiento
- exigencias técnicas demasiado elevadas en el desarrolla de movimientos muy complicados
- utilización de métodos y medios de entrenamiento muy exclusivos o sofisticados
- acumulación da competiciones, con intervalos de descanso insuficientes
- presencia de sobrecargas profesionales y/o familiares
- falta de descanso nocturno, poco reparador
- seguimiento de una alimentación inadecuada
- existencia de conflictos afectivos o emocionales.
El síndrome do sobre-entrenamiento se halla asociado a la presencia de fatiga prolongada y a una disminución del rendimiento deportivo, subsiguientes a un periodo de intensos entrenamientos o de duras y frecuentes competiciones, aspectos evaluados por medio de pruebas funcionales de laboratorio o por comparación con los resultados obtenidos en pruebas o competiciones previas.
Habitualmente, en estas condiciones, el deportista se halla desanimado o abatido, con un cuadro que comporta un cierto grado de
estado depresiva.
Por otra parte, en muchos casos de sobre-entrenameento, aparecen con relativa frecuencia infecciones intercurrentes, especialmente del tracto respiratorio superior, las cuales se presentan durante los períodos de máximo estrés o tensión inducidos por competiciones o entrenamientos muy duros y frecuentes.
Un aspecto importante de las primeras etapas del sobre-entrenamiento es una recuperación insuficiente; esta fase, de sobrecarga excesiva, acostumbra a presentarse después de algunos días de seguir unas sesiones de entrenamiento especialmente duras y es rápidamente reversible. La manifestación más destacada de esta situación es la fatiga muscular, debida a un restablecimiento metabólico inadecuado, lo que determina una menor capacidad de respuesta energética y, en consecuencia, una reducción del rendimiento deportivo.

SOBRE-ENTRENAMIENTO
Gradualmente, se puede pasar de la situación o estado de ‘sobrecarga al de sobreentrenamiento o desmotivación, cuadro que aparece cuando, al parecer, el hipotálamo es incapaz de hacer frente a la cantidad total de estrés al que está sometido el sujeto. En esta situación, se produce una alteración funcional, una disfunción, en el sistema neuroendocrino asociada, en muchos vasos, a un cambio en el comportamiento. Las características más importantes de esta situación son la fatiga prematura, la reducción en el rendimiento deportivo, los cambios de carácter, la inestabilidad emocional y la pérdida de motivación.
En general, el entrenamiento por si solo no suele conducir a este tipo de situación; es mas bien la cantidad total de tensión o estrés, y la incapacidad del sujeto para responder adecuadamente al mismo, lo que constituye el desencadenante de la misma. Los periodos de actividad ligera o moderada, bien espaciada, son beneficiosos para el individuo porque aumentan, de manera inespecífica, la resistencia del organismo frente a situaciones estresantes, poco favorables, como la hipertermia, la hípoxia, el enfriamiento, la irradiación, las infecciones Por otra parte, para mejorar marcas, ganar partidos, conseguir éxitos deportivos, etc.., los atletas y los deportistas, en general, deben trabajar, a menudo, muy duramente y aguantar grandes tensiones emocionales. Como consecuencia de estas tensiones y de esta sobrecarga, se reduce la resistencia no específica al estrés, algunas actividades de tipo vegetativo se desorganizan o alteran (sueño, apetito) y los aspectos relacionados con la habilidad motora que no ha sido incorporados o fijados y convenientemente automatizados se llevan a cabo con más dificultad y con un menor grado de coordinación.
En el entrenamiento "forzado", muy intenso y prolongado, realizado bajo marcadas tensiones emocionales, y sin la adecuada recuperación, la resistencia no específica es lo que primero se pierde; luego, se deterioran las funciones vegetativas y, finalmente, se afecta la coordinación motora todo lo cual puede dar lugar a una reducción más o menos notable en el rendimiento deportivo.
Todo ello se pone de manifiesto de una forma evidente en el caso del "sobreentrenamiento"" el cual puede ser la causa y, a la vez, el resultado de una condición mórbida que puede afectar, de manera especial, a los atletas y deportistas de élite.
Desde el punto de vista pronóstico hay que distinguir el sobre-entrenamiento de corta duración (sobrecarga) del de larga duración el cual puede llevar a un situación de cansancio, agotamiento y bajo rendimiento. En el primer caso, después de la sobrecarga, se produce una recuperación adecuada lo que permite alcanzar un estado de supercompensación. En cambio, cuando, a pesar del adecuado periodo de recuperación, persiste la “incompetencia deportiva hay que sospechar una situación o síndrome de sobreentrenamiento.
Esta situación, debida a un desequilibrio entre  entrenamiento-competición y recuperación, puede aparecer con cierta frecuencia dado que una reacción muy habitual en muchos atletas, deportistas y entrenadores, cuando se produce una caída en el rendimiento deportivo (en la competición o en los entrenamientos) es la de aumentar la carga de trabajo sin prestar la adecuada atención al proceso de recuperación.
Dado que la transición entre un entrenamiento adecuado y el síndrome de sobre-entrenamiento es gradual, es bastante difícil hacer el diagnóstico de esta situación en las primeras fases de la misma. Actualmente, no se dispone de parámetros fiables, específicos y suficientemente sensibles para detectar el sobre-entrenamiento. En cualquier caso, la característica básica de un síndrome de sobreentrenamiento es la falta de rendimiento o "incompetencia" deportiva (o, en su caso, laboral). Sea cual sea el trastorno que padece un atleta, si muestra un buen rendimiento deportivo no padece de sobre-entrenamiento.
No obstante, para estar seguras de que la reducción en el rendimiento deportivo obedece a esta situación es preciso descartar otras causas que lo pueden afectar (enfermedad, traumatismos, anemia, mala nutrición,…). De hecho, una vez descartada la existencia de algún tipo de patología, el atleta que, a pesar de seguir un adecuada programa de entrenamiento, no rinde y no responde favorablemente al cabo de unos pocos días de descanso o reposo, es que padece de un síndrome de sobre-entrenamiento. Entre los aspectos asociados, con mayor frecuencia, con el síndrome de sobre-entrenamiento cabe destacar: reducción del rendimiento deportivo, fatiga marcada, dolores o molestias musculares, lesiones por sobrecarga, alteraciones del apetito, perturbaciones en el sueño, cambios de carácter, menor resistencia a las infecciones, dificultades de concentración, etc.. , aparte de otros, muy diversos, como cambios en la respuesta metabólica al esfuerzo (con menor producción de lactato), valores más bajos en la frecuencia cardíaca máxima y submáxima, etc.
El síndrome de sobre-entrenamiento puede ser debido, de hecho, a más de un tipo de proceso De la misma forma que se conoce la existencia de varios tipos de diabetes o de cáncer, se pueden diferenciar dos grandes tipas de manifestaciones asociadas al síndrome de sobre-entrenamiento. De manera muy esquemática, se distinguen dos modalidades de sobreentrenamiento: una de tipo simpática y otra de tipo parasimpático. La primera modalidad se caracteriza por un aumento de la actividad simpática en reposo mientras que la segunda cursa con una disminución de la actividad simpática y un predominio de la actividad del parasimpático tanto en reposo como durante el esfuerzo. Se supone que la manifestación simpática constituye una fase o etapa intermedia entre la situación normal y la correspondiente a la de predominio parasimpático.
Aparte de los cambios de tipo psicológico (malhumor, tendencia a la depresión,…) y del cansancio o fatiga marcada que muestran los sujetos, un proceso frecuento asociado al sobre-entrenamiento lo constituyen la aparición de lesiones musculares, a veces relativamente leves. Como resultado de la lesión del tejido muscular y/o tendinoso se produce una respuesta de activación inicial del sistema inmunitario en el transcurso de la cual los leucocitos son atraídos hacia el foco lesionado con objeto de eliminar las zonas afectadas y permitir la regeneración de las correspondientes estructuras. Sin embargo, en estas circunstancias, se incrementan también los niveles de hormonas ligadas al estrés, como el cortisol, las cuales pueden afectar negativamente la concentración y la disponibilidad de los distintos leucocitos. Este tipo de reacción, que puede ser valorada como un tipo de esfuerzo o de respuesta natural por parte del organismo para evitar una excesiva destrucción del tejido lesionado, tiene su contrapartida en al hecho de que debilita la capacidad del sistema inmunitario, en su conjunto, para defenderse frente a las agresiones de las bacterias y de los virus lo que hace al atleta más susceptible a las infecciones.
Como es lógico, los atletas se resisten a abandonar o reducir el grado de entrenamiento, y tienen sus buenas razones para ello; las adaptaciones fisiológicas inducidas por el entrenamiento se pierden en pocos días sin no se realiza un trabajo regular. No obstante, si el individuo persiste en entrenarse con un músculo ya lesionado empeorará la situación al impedir la reparación adecuada del tejido y mantener un estado de inflamación crónica, con niveles altos de hormonas y factores de carácter inmunosupresor. Un aspecto práctico de esta situación es el hecho de que a los tres a seis días de experimentar una lesión muscular, los atletas no se dan cuenta de que sus músculos todavía no están en condiciones lo que les puede llevar a realizar hacer esfuerzos demasiados intensos, de forma prematura.
Otro inconveniente de las lesiones musculares es el asociado a perturbaciones en el ritmo de reposición del glucógeno muscular.
Las reservas de glucógeno reducidas como consecuencia del esfuerzo física, no pueden ser regeneradas al ritmo adecuado debido a que las células lesionadas poseen una menor capacidad para captar la glucosa requerida para ello, lo que dará lugar a una menor resistencia en los subsiguientes ejercicios o sesiones de entrenamiento.
Los bajos niveles de glucógeno, inducidos por una combinación de ejercicio y de una dieta con un aporte insuficiente en hidratos de carbono, se hallan asociados en muchos casos, a niveles disminuidos de glutamína en el plasma, aminoácido necesario para el adecuado funcionamiento de las células del sistema inmunitario. Todo ello hace pensar que una lesión muscular, inducida por un esfuerzo físico, puede dar lugar a una reducción en el rendimiento deportivo y, a la vez, hacer al deportista mas susceptible a las infecciones.
De la misma forma que el síndrome de sobre-entrenamiento constituye una entidad mal definida, con una fisiopatología muy difusa y polimorfa, es difícil precisar cual debe ser el tratamiento más idóneo en cada situación. En cualquier caso, es evidente que lo aconsejable es detectar cuanto antes las cambios que indican una posible evolución hacia esta cuadro y, sobre todo, establecer las medidas oportunas para prevenir su aparición.
Entre las medidas generales destinadas a prevenir una situación de sobre-entrenamiento podemos citar las siguientes:
a) controlar el estado de ánimo, la sensación de fatiga y las molestias musculares del jugador o deportista durante los entrenamientos, con objeto de reducir la carga de trabajo si la sesión de entrenamiento parece más dura de lo habitual.
b) incluir uno o dos días de descanso/recuperación en el programa de trabajo semanal dado que más volumen de entrenamiento no comporta siempre un mejor rendimiento deportivo.
e) suspender el entrenamiento, descansar, cuando los jugadores, los deportistas, presentan alguna molestia; no entrenar con faringitis, resfriados, ..u otro tipo de infección sistémica y restablecer paulatinamente el programa de entrenamiento, una vez pasada la enfermedad.
d) evitar que los atletas y deportistas estén en contacto con gente enferma dado que, tras las sesiones de entrenamiento o después de un partido, el deportista es más susceptible a las infecciones.
e) asegurar una buena nutrición, con un aporte adecuado de hidratos de carbono, de vitaminas, de aminoácidos, de compuestos de carácter protector (como los antioxidantes),.., y con un aporte suficiente dc energía.
1) garantizar que los jugadores, los atletas, dispongan del adecuado descanso, tanto nocturno como diurno.
g) reducir al mínimo las circunstancias que supongan una situación de tensión o estrés psicológico para el individuo.
h) promover la instauración de un programa de control regular sobre el rendimiento deportivo a base, por ejemplo, de análisis de sangre o de alguna prueba, mas o menos especifica, que permitan la detección de situaciones capaces de llevar a una situación de sobre-entrenamiento o de reducción en el rendimiento deportivo.
Una vez instaurado un síndrome de sobre-entrenamiento que, habitualmente, mostrará las características de un cuadro con claro predominio parasimpático, será preciso Instaurar las correspondientes medidas "terapéuticas", entre las que cabe destacar aquellas destinadas a eliminar todos los factores biológicos y sociales que favorecen la situación, lo cual implica
a) reducir el volumen de trabajo
b) llevar a cabo entrenamiento por intervalos, evitando la monotonía y con un pequeño número de fases o sesiones de alta intensidad
c) introducir ejercicios con un gran predominio lúdico.
d) favorecer la realización de ejercicios gimnásticos (de flexibilidad, de estiramiento,
e) eventualmente, realizar un cambio de aires con desplazamientos a climas estimulantes como el marítimo, con mas tiempo de permanencia al aire libre y en un ambiente soleado.
f) seguir una alimentación adecuada, ajustada al gasto energético, y con la ingesta de aquellos suplementos nutricionales que, racionalmente, puedan aportar algún beneficio adicional seguir un régimen alimenticio más bien rico en proteínas animales, de carácter acidificante.
g) proveer ayuda psicológica, de carácter activador, para luchar contra la tendencia a un estado más bien depresivo.
En cualquier caso, conviene tener en cuenta que, llegada esta situación, pueden pasar bastantes semanas antes de conseguir que el
sujeto llegue a una situación de relativa normalidad y, aún así, será necesario esperar algún tiempo para que el deportista pueda
recuperar las condiciones que le permitan volver de nuevo al nivel inicial de entrenamiento.

 

 

 



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